“El agua es vida”.
Seguramente este concepto lo aprendimos mientras cursábamos primaria o secundaria. Y lo llevamos comprobando durante todas nuestras vidas, simplemente porque sin agua, los seres vivos dejaríamos de existir. Es tan básica, que todos los seres humanos estamos conformados en un 70 por ciento por agua. Además de permitir el funcionamiento de nuestro cuerpo, este noble líquido es fundamental para la higiene y salud en nuestro ambiente. Por eso, contar con cisternas de calidad y eficientes para abastecer agua es sinónimo de salud e higiene, principalmente en poblaciones de difícil acceso.
Estas condiciones han generado la necesidad de almacenar agua, para disponer de ella en el momento en el que se requiere utilizar. En casa, por ejemplo, además de beber agua, diariamente debemos bañarnos, cepillar nuestros dientes, lavar ropa, preparar alimentos y por supuesto, lavarlos previamente, de manera especial las frutas y las verduras. Lo mismo para lavar utensilios, platos, vasos que después volveremos a emplear en el manejo y preparación de comida.
Probablemente las actividades anteriores te resultaron cotidianas e indispensables. Sin embargo, fuera del hogar existen miles de procesos que también dependen del abastecimiento de agua, y que ponen a funcionar industrias completas. Por eso, es común encontrar agua almacenada en sisternas de hospitales, colegios, restaurantes, laboratorios y prácticamente cualquier establecimiento. Gracias a esto, podemos acceder a servicios de salud tan básicos como curaciones, limpiezas, enjuagues y evaluaciones. O tomar una ducha en el gimnasio después de nuestros ejercicios, sin olvidar que el agua es materia prima, por ejemplo, en la elaboración de bebidas y muchos de los cosméticos y productos de belleza que utilizamos diariamente.
Para conservar el engranaje y permitir que todas las actividades puedan desarrollarse sin obstáculos, las cisternas juegan un papel fundamental.
Es por eso que debemos ocuparnos en garantizar que se encuentren en perfectas condiciones, dándoles el mantenimiento preventivo y correctivo que requieren para guardar un agua limpia y segura para el uso humano.
Debemos asegurarnos de que cada seis meses, cisternas y tanques confinados al almacenamiento de agua reciban el mantenimiento adecuado. Desocuparlas, lavarlas con agua y jabón y desinfectar el agua guardada son las medidas básicas. También podemos procurar mantenerlas alejadas de grandes árboles o plantas, para evitar que las raíces las abracen o las hojas puedan llegar a infiltrarse.
El agua, su manejo y almacenamiento están íntimamente relacionados con la calidad de vida y el bienestar de todas las personas.
La higiene y la salud no serían posibles sin agua. ¡Cuidemos este vital líquido y las cisternas que lo almacenan para nosotros!
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