La contaminación del agua y las aguas residuales es uno de los factores más preocupantes de hoy en día, ya que, debido a su falta de cuidado y tratamiento, han comenzado a tener fuertes repercusiones en nuestro ecosistema, mismas que acaban por afectar la salud de quienes no gozan de agua potable, lo que evoca a que la sociedad comience a ejercer medidas más fuertes, para poder resolver éste problema, el cual a la larga no solo afectara al planeta, también a quienes vivimos en él, partiendo de un fin que, a este ritmo, parece inminente: la escases cada vez mayor, de agua.
Para evitar que este problema se siga expandiendo, es necesario realizar una inversión referente al tratamiento y los diferentes usos y normas que se deben de aplicar al uso del agua, si es que se quiere evitar lo que se ha previsto que ocurrirá en un futuro no tan lejano.
La inversión previamente mencionada, no solo consta de ser económica, también se requiere invertir en proyectos que beneficien el cuidado del agua, mismos que como todo, requieren de tiempo y dedicación, pues el poder procurar éste elemento vital para la vida, es un arduo trabajo que muchas veces puede no llegar a ser tan fácil como se cree, pues los tratamientos de aguas residuales, ya sea aerobios o anaerobios (funciones químicas a través de las cuales se purga el agua contaminada), consisten en una misma misión: exterminar todo residuo tóxico, para su sano consumo.
Una vez el tratamiento concluya, las aguas podrán ser utilizadas para limpieza o el cuidado de plantas. De ésta forma, serán reutilizadas positivamente, beneficiando al medio ambiente, en lugar de dañarlo, pues, tal y como se mencionó con anterioridad, el agua es un elemento que no durará para siempre, por lo que aún estamos a tiempo de poder hacer un uso positivo de éste, así como de cuidarlo y no desperdiciarlo en acciones no meritorias.
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