Fosa séptica Rotoplas. ¿Qué es?
Desde hace décadas, y principalmente en comunidades rurales, la fosa séptica Rotoplas es utilizada para tratar de forma primaria las aguas residuales domésticas.
Se trata de un aparato que se encarga de separar y transformar la materia orgánica presente en el agua de desecho.
Son instrumentos muy apreciados por ser económicos y de fácil uso para su propósito.
Existen varios tipos de fosas sépticas.
Aunque pueden funcionar fabricadas a base de una sola cámara, preferiblemente debe contar con dos, ya que las sustancias sólidas con las que está cargada el agua que llega hasta ella, serán transportadas hasta su fondo, y en la superficie quedarán flotando espumas y grasas que la fosa séptica, generalmente logrará descomponer hasta en un 50 por ciento.
La mitad restante se transformará en una especie de lodo que permanecerá en el fondo, de la cual habrá que deshacerse cada determinado período de tiempo (Dependiendo del uso que se le de a la fosa), con un proceso de confinamiento especializado.
Las primeras fosas sépticas eran pozos excavados de manera ruda y poco planeada, simplemente en la tierra. Sus constructores las ubicaban muy lejos de las viviendas para evitar afectaciones por los malos olores que solían desprender. Para aminorar este problema, después empezaron a construirse fosas sépticas con ladrillo y hormigón. Así es como se mantienen en la actualidad la mayoría de las fosas sépticas, pues a pesar de que su construcción requiere una mayor inversión y trabajo, proporcionan mejores condiciones higiénicas.
Existen también fosas sépticas prefabricadas con PVC o vidrio, que pueden elaborarse de diversos tamaños y formas dependiendo de la necesidad de sus usuarios, y que además son fáciles de transportar y de instalar.
Independientemente del tipo de fosa que se utilice, su instalador debe garantizar condiciones herméticas en el sistema, para evitar la filtración de agua sucia.
¿Para qué sirven las fosas sépticas?
En términos prácticos, las fosas sépticas sirven para resguardar los desechos domésticos antes de que éstos lleguen al drenaje.
Su uso es común en poblaciones de zonas rurales o bien, en las periferias urbanas hasta donde no llega el servicio público de alcantarillado.
Una de sus principales utilidades consiste en desintegrar al menos la mitad de las sustancias de desecho que contaminan el agua que llega hasta ellas, de manera natural y ecológica.
Los residuos que no llegan hasta el drenaje para ser tratadas por la administración pública, deben ser, de hecho, tratados en una fosa séptica para emplear la menor cantidad posible de agua para desprender la parte sólida que no pudo ser descompuesta.
Cuando esto sucede, las bacterias anaerobias se encargan de descomponer sus componentes inorgánicos convirtiéndolos en materia soluble.
Esta parte del proceso es particularmente especial, ya que reduce la cantidad de materia orgánica y por lo tanto, la demanda de oxígeno necesario para llevarlo a cabo, haciendo posible que el agua vuelva “depurada”, volviendo a su medio con menos impacto negativo después de haber sido utilizada.
Para elegir una fosa séptica adecuada a las necesidades de una vivienda, es necesario tomar en cuenta la cantidad de personas que la utilizarán, la demanda de agua de cada una de ellas, el clima, la capacidad de bombeo con la que cuenta el espacio y el tipo de desechos que se le vertirán.
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